El cáncer colorrectal ocupa el tercer lugar en incidencia -luego del cáncer de pulmón y mama- y el segundo lugar en mortalidad -luego del cáncer pulmonar- a nivel mundial, según datos al año 2022 entregados por Global Cancer Observatory (GLOBOCAN). En Chile, ocupa el segundo y tercer lugar respectivamente.
El cáncer colorrectal ha ido en aumento en el mundo y también en nuestro país. En Chile ha desplazado en incidencia al cáncer gástrico, que tradicionalmente ha sido el cáncer digestivo más frecuente.
En los últimos años también se ha advertido una tendencia mundial al incremento del diagnóstico a edades más tempranas, incluso bajo los 40 años. Si bien estos casos siguen siendo una pequeña proporción, genera preocupación en la comunidad médica y no médica, en relación a las edades recomendadas de inicio del tamizaje poblacional de esta enfermedad.
Se conoce muy bien que la gran mayoría de los cánceres colorrectales proviene de una lesión preneoplásica conocida (pólipos de colon y recto), que puede detectarse 5 a 10 años antes de desarrollarse el cáncer. Esto es la base que justifica la realización de exámenes de tamizaje para detectar lesiones preneoplásicas y removerlas para así evitar el desarrollo de un cáncer de colon, o bien detectar un cáncer en etapa precoz, momento en que el tratamiento tiene un éxito que supera el 90% de sobrevida a los 5 años.
Dicho lo anterior, es fundamental promover la realización de exámenes de tamizaje de cáncer colorrectal (no invasivos como exámenes fecales de sangre oculta) o mínimamente invasivos como la colonoscopía. Tradicionalmente las recomendaciones internacionales han sugerido iniciar el tamizaje para esta enfermedad a los 50 años, sin embargo recientemente asociaciones líderes a nivel mundial, como la American Gastroenterology Association (AGA), sugieren el inicio de este tamizaje a los 45 años, en respuesta al cada vez más frecuente diagnóstico a edades más tempranas.
Al no existir en Chile una política estatal de tamizaje de cáncer colorrectal, debe ser tarea de cada médico el promover la realización de algún examen preventivo en los plazos recomendados.
Si bien las causas del cáncer colorrectal son multifactoriales, en parte ambientales y en parte genéticas, hay ciertos factores que se han asociado a la aparición de esta neoplasia y cuya modificación podría influir positivamente en la incidencia de este tipo de cáncer. Así, intervenir en factores como el sobrepeso y la obesidad, el consumo de alcohol y tabaco, el sedentarismo, el alto consumo de carnes rojas, ahumadas y procesadas, y el bajo consumo de fibra, entre otros, puede hacer menos probable el desarrollo de un cáncer de colon, y deben ser fuertemente recomendades en la población.
Existen causas genéticas específicas cada vez mejor conocidas relacionada al cáncer de colon. Si bien son poco frecuentes, ahora existe mejor disponibilidad -aunque aún limitada- de los exámenes genéticos que pueden diagnosticar estos síndromes hereditarios. La sospecha en este grupo de pacientes es relevante pues implica una vigilancia o conducta más agresivas.
Es muy importante recalcar que esta enfermedad puede diagnosticarse y tratarse precozmente si se implementa algún método de tamizaje y seguimiento adecuados, que permitan que el cáncer colorrectal pueda ser una enfermedad curable.
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