Profesionales de las unidades de Epidemiología y Zoonosis de la Seremi de Salud de la Región de Aysén, viajaron este viernes hasta un sector rural de villa Cerro Castillo para investigar el sector donde pudo producirse el contagio de hantavirus de un hombre que terminó fallecido a causa del virus.
La víctima, un hombre de 59 años, falleció el lunes como un caso sospechoso de hantavirus, diagnóstico que fue comprobado este jueves por parte del Instituto de Salud Pública (ISP), dando inicio a la investigación.
Según detalló el epidemiólogo de la Seremi de Salud, Marco Acuña, el poblador ingresó al servicio de urgencia con sintomatología de compromiso respiratorio, a quien se aplicó un test rápido para Hantavirus que resultó positivo.
“La muestra del paciente fue enviada al Instituto de Salud Pública (ISP), cuyos resultados fueron confirmados este jueves en la noche desde el nivel central. Este paciente, lamentablemente falleció el día lunes cerca de las nueve de la mañana”, dijo Acuña.
Y agregó que este viernes “un equipo integrado por profesionales de epidemiología y de zoonosis fue a villa Cerro Castillo para hacer la investigación epidemiológica, evaluar las condiciones de riesgo, visitar los lugares donde estuvo este paciente y eventualmente identificar otras personas que pudieran haber estado expuestas a este riesgo, de tal modo de adoptar las medidas de prevención y control que corresponda”, puntualizó.
Desde la autoridad sanitaria recuerdan la importancia de mantener alimentos en receptáculos adecuados, limpiar los alrededores de las viviendas para evitar que los roedores se refugien en busca de alimentos y abrigo.
En caso de presentar síntomas asociados a enfermedades respiratorias, dolores musculares o fiebre, se recomienda acudir a un centro de salud para evaluación médica.
El Hantavirus es una enfermedad de origen viral, que se transmite al ser humano desde los roedores silvestres como el Oligorizomys longicaudatus (ratón de cola larga, autóctono), cuando éste es portador del virus. La transmisión más común se produce a través de la inhalación de aerosoles producidos a partir de la orina de roedores contagiados.
Al ser un roedor silvestre, el mayor riesgo lo tienen las personas que viven en sectores rurales, poco intervenidos por el hombre, al igual que personas que por actividades laborales o recreacionales van a esos lugares.
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