Algo huele mal en la Plaza de Coyhaique

Frente al ágora pentagonal de la capital regional se ubican las oficinas de la Secretaría Regional Ministerial de Bienes Nacionales. Allí están pasando cosas.

Patricio Araya González

Luego que este martes 1 de diciembre –mediante un escueto comunicado difundido a través de sus redes sociales– la Intendencia de Aysén informara la renuncia voluntaria del seremi de Bienes Nacionales Alejandro Escobar Neumann, la Asociación de Funcionarios (ANFUBIENES) de esa cartera hizo pública una declaración, manifestando su preocupación frente a una serie de acontecimientos que vienen dificultando el normal desarrollo de su trabajo, entre ellas, la rotación de la máxima autoridad regional del ramo.

En efecto, a través del documento ANFUBIENES rechaza de manera categórica las imputaciones, descalificaciones y amenazas de agresión que han sufrido sus asociados en el cumplimiento de sus funciones.

“En este lamentable contexto –sostiene la declaración–, el desconocimiento del ordenamiento jurídico que regula y compete al Ministerio de Bienes Nacionales ha sido utilizado y maximizado por entes políticos con actuales cargos públicos y candidatos en campaña que, sumado a descalificaciones, ha perjudicado no solo la imagen institucional en la región, sino que la honra y salud de los y las trabajadores/as”.

Debido a ello, consideran que no es posible soslayar la responsabilidad de las autoridades del ministerio, a las que acusan de no haber asumido un rol activo en materia de protección y resguardo del personal, en especial durante el último trimestre de 2019, en el contexto del estallido social, ocasión en la que fueron atacadas las oficinas de la Seremía, ubicadas frente a la Plaza de Armas de Coyhaique, “así como los incidentes y denostaciones públicas de las que los trabajadores/as han sido objeto, como consecuencia de actuaciones y decisiones erradas de los Secretarios Regionales Ministeriales, que desencadenaron la salida de ambos, lo que deja en evidencia la necesidad de que estos nombramientos cumplan con estándares y competencias que vayan más allá de cuoteos políticos”.

Los ex seremis a los que se refiere ANFUBIENES son Gabriel Emir Pérez y su sucesor Alejandro Escobar, ambos designados durante la actual administración; en tanto, los funcionarios apelan a que los nombramientos que se hagan para ese tipo de autoridad se basen en competencias y habilidades, más que en membresías a partidos políticos.

Cabe recordar que la Seremía de Bienes Nacionales de Aysén “pertenece” a Renovación Nacional, por ello, tras la salida de Escobar, el partido estaría avalando la llegada al cargo de la exseremi de Vivienda y Urbanismo Ana María Mora (Ver nota aparte), quien en octubre de 2019 renunció a ese cargo para competir en las primarias municipales del domingo 29 de noviembre, instancia donde llegó en segundo lugar, detrás del también exseremi de Justicia del actual gobierno.

La preocupación de los funcionarios es que Ana María Mora podría ser instalada por RN en un cargo para el que se requiere a un profesional con otro perfil, una formación académica más ad hoc al rol del ministerio en materia de la propiedad fiscal.

ANFUBIENES manifiesta su aprensión respecto a la rotación de autoridades, lo que “afecta el normal avance de los procesos y procedimientos para desarrollar una eficiente gestión pública, y obliga a  los funcionarios a adaptar la gestión a los intereses, instrucciones y énfasis de la nueva autoridad, por tercera vez en menos de tres años. Esto se traduce en el retardo de temas formales y administrativos, impactando en las tramitaciones de solicitudes de nuestros usuarios”.

Así las cosas, ANFUBIENES solidariza y apoya a sus asociados, por lo que llama a las autoridades centrales del Ministerio de Bienes Nacionales para que “se adopten las medidas que, en el marco de sus competencias, eviten la reiteración de hechos que vulneren la honra y pongan en riesgo la seguridad de quienes a diario ejecutan con dedicación y compromiso la política pública ministerial”.

En una reciente sesión del Consejo Regional de Aysén el ahora exseremi Alejandro Escobar causó una lamentable impresión frente a sus interlocutores, quienes lo habían convocado a exponer materias propias de sus funciones, sin embargo, su deficiente informe ante los consejeros acabó con la petición de su renuncia por parte de algunos cores, entre ellos, su correligionario Carlos Campos, quien además pidió la inmediata intervención del ministro Julio Isamit, al que le solicitó nombrar a un interventor en la Seremía de Aysén con el fin de auditar el trabajo que lideraba Escobar, así como “el desorden histórico” de esa oficina pública.

Interventor que ya se habría constituido en Coyhaique, quien además se habría abocado a asesorar al seremi preparando una segunda presentación ante el Core, cuestión que no llegó a concretarse, debido a la salida de este.

Por último, desde el mundo político ajeno a esa Seremía –constituido por voces oficialistas, opositoras e independientes–manifiestan sus reparos sobre esa repartición –manejada durante la ex Concertación por el Partido Radical– y dejan caer sobre ella la sospecha de “oscuros manejos” y “corrupción endémica” relacionadas con la dinámica de “ciertos trámites” para acelerar procesos en el ámbito de la propiedad fiscal, así como de polémicas actuaciones de algunas ex autoridades, entre las que se cuentan la abrupta salida de un seremi por conducción en estado de ebriedad, o la ya famosa adjetivación que hizo el propio Escobar de dirigentas vecinales de Tortel, tratándolas de “viejas de mierda”, cuyas posteriores excusas, a estas alturas, no sirvieron de nada. “Ahí está todo mal”, sentencian algunos detractores de esa incómoda vecina de la plaza de Coyhaique.