Columna de opinión preparada por Nelson Millatureo Raín, presidente de la Comunidad Indígena Antunen Rain de islas Huichas y Daniel Caniullán Huentel, Longko de la Comunidad Indígena PuWapi de Guaitecas.
En la Región de Aysén, la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena, Conadi, ya ha realizado tres jornadas de consulta comunitaria respecto de las solicitudes de Espacios Costeros Marinos de Pueblos Originarios, Ecmpo Huichas y Ecmpo Cisnes.
A estas instancias llegan representantes de organizaciones indígenas, organizaciones locales, pescadores artesanales y representantes de la industria acuícola, para conocer el trasfondo y alcances de los espacios y plantear dudas e inquietudes dentro de las cuales destaca la preocupación por la demora en la tramitación de estas figuras.
Ambas solicitudes llevan años esperando poder avanzar en el proceso hacia la declaración de Ecmpo: Huichas desde el año 2017 y Cisnes desde el 2016, aun cuando la ley señala que el proceso de tramitación de un Ecmpo no debiese tardar más de tres años desde que fue solicitado hasta su declaración por parte del Estado.
En la práctica, existen en nuestro país solicitudes de Ecmpos que llevan más de 10 años de espera, debido a las dificultades que han tenido los servicios que intervienen en la tramitación para cumplir los plazos claramente definidos.
Si bien esta tardanza no está en manos de las comunidades solicitantes, ha generado otro problema importante: por reglamento, durante su tramitación otras solicitudes quedan congeladas, lo que ha causado malestar en múltiples actores que desarrollan usos extractivos en el mar.
Este malestar ha producido numerosas campañas de desinformación sobre los Ecmpos, argumentándose que son una amenaza al desarrollo nacional, una aberración legal, entre muchas otras malinterpretaciones que tienen como característica principal, fomentar temor e incertidumbre hacia la ciudadanía.
Los Ecmpos son, en esencia, figuras de administración de usos marino-costeros administradas a escala local.
Esto significa que la decisión sobre qué usos deben promocionarse, y cuáles deben regularse con mayor brío, está en manos de quienes habitan el litoral. Si bien la Ley 20.249 indica que son las comunidades indígenas quienes pueden solicitar un Ecmpo, jamás ha estado en su intención excluir a otros actores con quienes conviven en estos mares.
Es más, la ley 20.249 posee un carácter inclusivo, en tanto las solicitudes respetan los derechos otorgados de manera legal con anterioridad a la solicitud, y en el plan de administración de los espacios se contempla la inclusión de diferentes actores y organizaciones que quieran desarrollar actividades de trabajo sustentables, que refuercen la vida de las familias en el litoral de Aysén.
Es por esta razón que las solicitudes de Ecmpo Huichas y Cisnes no son para beneficio exclusivo de las comunidades solicitantes.
En el plan de administración es posible considerar a todos los usuarios que tienen proyecciones en el borde costero. Este trabajo se construye con todos los usuarios que tengan intereses y que permitan tener pesquerías sustentables a largo plazo y con acceso a ellas para las nuevas generaciones.
Nuestra región posee más de 2.500 islas y más de 10.000 kilómetros lineales de costa, donde actualmente habitan alrededor de 3 mil personas que viven de economías pesqueras, aunque antiguamente fueron muchas más.
Estos canales concentran la mayor representatividad de población indígena de esta región, que forma parte de sindicatos de pesca artesanal, juntas de vecinos, instituciones públicas, entre cientos de manifestaciones de la vida social. Es por ello que la administración de los Ecmpos recae en sus propios habitantes.
Con los Ecmpos se quiere asegurar un uso sustentable y armonioso con todos los seres vivientes que forman parte de estos canales, a diferencia del enfoque de sobreexplotación e inequidad que ha imperado por parte de las políticas públicas.
Esto permite señalar que los Ecmpos pueden contribuir efectivamente a la conservación de la naturaleza, pero a partir de las prácticas culturales basadas en las costumbres y el diálogo equitativo. Es una forma completamente distinta de proponer un futuro para estas aguas, sobre todo hoy en día que, además de la salmonicultura y su constante crecimiento, se agrega la amenaza de la zona contigua.
Es importante poder informar a la ciudadanía regional sobre cuáles son los alcances y la oportunidad que representan estos Ecmpos. Son grandes, efectivamente, pero porque intentan resguardar la mayor cantidad de las aguas y costas antes de que estos canales se sumen a las otras zonas de sacrificio de este país. Es por ello que les invitamos a seguir aprendiendo sobre los Ecmpos, y a acercarse a las comunidades indígenas para conocer esta propuesta de desarrollo inclusivo y humano.
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