La apuesta de INDAP por el mejoramiento genético y el impacto económico para productores locales

Cómo la ganadería bovina en Aysén ha logrado hacer frente a la pandemia.

Uno de los ejes del desarrollo productivo en Aysén, sin duda ha sido la ganadería. Desde los inicios del poblamiento de Aysén, el oficio ganadero, ha permitido acercar el desarrollo a las distintas latitudes de esta Patagonia, en muchos casos agrestes, distante, con desafiante clima pero de suelos fértiles y gran extensión.

Así comienza el prólogo escrito por el director regional de INDAP Aysén, Patricio Urrutia Ramírez, en el Primer Libro de Registro Bovino, realizado por INDAP; una herramienta que permitirá que los crianceros puedan llevar un Registro de Sanitario y de Encaste de su producción bovina.

Y es que todo hace pensar, que el mejoramiento de los procesos, en materia técnica y genética y productiva, han sido las claves para un desarrollo sostenido de este rubro, el cual ha dado sorpresas positivas, pero que también resulta ser el producto de una serie de capacidades que se han puesto a disposición durante largos años, lo que ha determinado un favorable resultado.

El escenario actual, sin duda ha sido positivo para los crianceros bovinos – carne en la región, dado que los precios del año 2021 en terneros y terneras han sido superiores en un 40%, los vendidos en el mes de abril hasta mayo, y hasta un 60% superior en el mes de octubre y noviembre, comparado con el año 2020 – 2019, contexto que se da a pesar de la Pandemia que atraviesa el país y el mundo.

Sin lugar a dudas, la situación actual de este escenario, tiene de alguna manera relación con la situación que vive el país en materia económico, al existir mayor ingreso circulante dado los escenarios económicos, por los cuales ha atravesado Chile en los últimos meses. Otro factor que  también tiene relación con el alza del dólar, y la disminución de producción de carne del resto del país, en regiones como la novena y décima región, los que se transformó en una oportunidad para los productores locales. 

Por su parte, el INDAP, ha realizado diversas acciones para fortalecer este rubro. Como la implementación del Programa Mejoramiento Genético, realizado en el año 2010, donde se logró introducir en la región la raza “Aberdeen – Angus”, lo que fue un acierto, puesto que mejoró considerablemente la calidad de los animales producidos por los agricultores. A su vez, con fondos del Gobierno Regional de Aysén, fue posible inseminar cerca de cuatro mil vientres y hacer entrega a los productores de 75 toros mejoradores entre el 2010 y 2014. 

En la actualidad, la realidad productiva, supera considerablemente dichas cifras con la implementación del Programa “Transferencia y Mejoramiento de la Competitividad Bovina  de la Agricultura Familiar Campesina”, financiado por el Gobierno Regional de Aysén, un apoyo  integral en esta materia,  para 300 agricultores, ejecutable en un período de tres años, el cual concluiría este año 2022, donde algunos aspectos a destacar ha sido la apuesta en  inseminación artificial y la  compra de toros mejoradores, lo que ha incentivado a muchos productores a acceder a toros cada vez de mejor calidad. 

Por otra parte, el programa que actualmente se ha implementado en las localidades de: Coyhaique, Puerto Aysén y La Junta, también ha aportado en materia de mejoramiento de manejos, sanidad, genética, asesoría, modernización y visión comercial, la base para cumplir las expectativas de un rubro a escala mundial.

PRODUCTORES

Así quedó demostrado en el caso del productor Ney Barrientos, del sector de El Blanco en Coyhaique, quien materializó la venta de bovinos, a nada más ni nada menos que a China. 

Carlos Hennicke, Jefe de la Unidad de Asistencia Financiera de INDAP señala: “Uno de los apoyos constantes que realizamos como INDAP a nuestros productores a través de las organizaciones crianceras es mantenerlos informados respecto de los precios actualizados del sector, sin desmerecer el importante impulso que se ha otorgado a través de los fondos regionales y el Programa de Desarrollo de Inversiones  de INDAP, PDI, que ha permitido a los productores realizar importantes inversiones como: construcción y mejoramiento de infraestructura, corrales, mangas techadas, apotreramiento, inversión en cepos metálicos, romanas, cercos eléctricos y  galpones, entre otros”, señaló.

Bajo este contexto el Director regional de INDAP, Patricio Urrutia Ramírez, indicó: “Quiero destacar no solamente el impacto que ha traido consigo este desarrollo sostenido de la ganadería en Aysén, sino cómo los mismos productores se han adaptado a la tecnología, confiando en la ciencia, y generando redes que responden a la apuesta en asociatividad, que cómo institución hemos impulsado durante toda nuestra gestión. El acopio en forma asociativa que se da en la bajada de Rio Ibáñez y Mallín Grande, y sin ir más lejos el trabajo criancero y de comercialización de La Junta, son tremendos ejemplos de un crecimiento colectivo, pero también de la confianza que han demostrado entre sus pares los productores”, indicó. 

Por su parte, el Coordinador del Programa FNDR Ganadero Bovino, Alejandro Valverde,  indicó: “Lo destacable de este Programa es que hay una vinculación directa entre Inversión guiada técnicamente  de acuerdo  a las necesidades del productor y financiada por el Programa y una Asesoría Técnica acorde a los requerimientos, basada  en sanidad animal y  manejos productivos, orientados  a mejorar la eficiencia, pero también ha contado con  apoyo  en la adquisición  de toros de buena procedencia genética a través de la  Inseminación Artificial enfocada a  productores calificados. Hay  que hacer presente  también, que otro  aspecto importante  para el productor  es poder acceder  al Sub Programa  de Incentivo a la Retención  de vientres (IRV), que con  el subsidio  económico entregado, le permite al productor poder retener hembras de mejor calidad, las cuales serán las futuras  vacas madres  de la explotación”, puntualizó.

Finalmente, cabe destacar que dado el escenario en el marco de la crisis sanitaria y según las proyecciones internacionales – señala Hennicke - lo más importante,  es que los productores puedan adecuar su capacidad talajeras a la realidad de su predio, considerando factores externos como el cambio climático y entender que la economía bajo estos escenarios es dinámica y  puede cambiar, lo que sin duda  ya ha quedado demostrado.