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Ganó la empatía: brigadistas rescataron a gatita atrapada en un árbol

Por Pablo Santiesteban / 27 de septiembre de 2024 | 17:00
"Princesa" pasó dos noches arriba del árbol, pero gracias a una serie de ayudas logró volver con su ama. Crédito: Grupo DiarioSur.
Funcionarios de Edelaysén colaboraron para que “Princesa” vuelva a los brazos de su desesperada ama, tras pasar dos noches en la rama de un pino.
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Mónica Seguel miraba hacia el alto pino con ansiedad al tiempo que se preguntaba cómo “Princesa” pudo llegar hasta una altura de más de ocho metros. Desde lo alto del árbol unos inquietos y pequeños ojos amarillos la miraban asustados.

“Moisés” también estaba preocupado. Su compañera de flojas siestas mañaneras y traviesos juegos gatunos se había metido en problemas y Mónica lo guardó para que no se escapara.

No está claro cómo las inquietas, peludas y grises zarpas de “Princesa” terminaron aferradas al alto pino que está cerca de la casa de la familia de Mónica Seguel. Tal vez el instinto natural de cazar un ave o el ladrido de un perro hicieron que subiera y después subió y subió hasta que bajar era un riesgo que la gata de menos de un año no sopesó.

“Princesa” se acurrucó lo más que pudo sobre una rama del árbol, puso su cola gris para calentar sus patas y cerró sus ojos para aguantar el frío de la noche coyhaiquina, mientras que en su casa Mónica no pudo conciliar el sueño, preocupada de que le ocurra algo malo a su querida mascota. A veces sentía que maullaba por las noches, se levantaba de la cama y miraba hacia el pino con sentimientos de honda impotencia al no poder ayudar a la gatita gris.

Ayuda y más ayuda

Pasó el miércoles 25 y Mónica le pidió ayuda a los Bomberos al día siguiente, pero estos le manifestaron que no podían ayudar a la gata porque no tenían los seguros. Pidió ayuda al grupo de Rescate y Protección Animal (Reypa) de Coyhaique, pero como el pino era muy frondoso y la gata estaba hacia el interior del tronco el rescate se complicó.

Le contó su problema a su amiga y vecina Rosita y ésta se contactó con la reportera Mae Aracena de Diario Regional Aysén, quien empatizó con Mónica y la angustia por su mascota. De inmediato se contactaron con la concejala Magaly Luarte y a ésta se le ocurrió la idea de solicitar ayuda a la empresa Edelaysén. Para la sorpresa de la dueña de “Princesa”, llegaron dos brigadistas que ayudan a solucionar problemas en postes eléctricos y ambos se comprometieron con intentar el rescate.

Eduardo Loncochino y Jimmy Toledo, ambos pertenecientes a la brigada de Chile Chico y que estaban de paso por Coyhaique, asumieron el rescate y subieron con la escalera de uno de sus móviles, pero afrontaron la misma dificultad que los voluntarios de Reypa, la frondosidad del pino y la timidez de la gata.

Desde las 19 horas del jueves 26 realizaron varios intentos, pero nada funcionaba, ni siquiera ofreciendo comida a la mascota. Ambos rescatistas y la familia de Mónica y sus vecinos debieron recurrir a algo que no se vende en las farmacias ni supermercados y que –en los últimos tiempos- parece estar escaseando: la PACIENCIA.

El rescate

Jimmy Toledo recordó que antes le había tocado rescatar gatos que se habían subido a postes de luz, pero en el rescate de “Princesa” se complicó todo por la forma que tenía el árbol y además eran más de ocho metros de altura. 

Desde el suelo Mónica llamaba a su mascota y desde la altura “Princesa” reconocía la voz de su humana favorita y le maullaba suavemente.

Tras varios intentos, por fin “Princesa” se dio, empezó a bajar, se acercó a sus rescatadores y con cuidado la tomaron y comenzaron a bajarla.

Eduardo Loncochino captó que la gata estaba estresada y decidió quitarse su casco amarillo de la empresa y tal vez eso ayudó a ganarse su confianza.

En tierra, Mónica aplaudía, en parte por el rescate y para calentar sus manos. Eran las 2:25 horas de la madrugada del viernes 27. Pronto la traviesa bolita de pelos grises y curiosos ojos amarillos estaba en los brazos de su ama.

La agradecida familia, como buenos patagones, hizo pasar a su casa a los rescatadores y a quienes acompañaban a la familia, y les sirvieron un café caliente. Por ahí apareció una pizza caliente, buen premio para los rescatadores, mientras “Princesa” se reencontraba con “Moisés” que estaba acostado en un rincón, la miró y volvió a dormir profundamente.

Mónica Seguel expresó sus agradecimientos a la empresa Edelaysén y a la empatía de sus dos brigadistas que tras el rescate, de seguro tuvieron poco tiempo para descansar.

“Princesa”, por su parte, seguía algo estresada y luego de pasar dos noches sobre el árbol se escabulló a uno de sus rincones favoritos para entregarse a un reparador sueño.

Un compartir lleno de hospitalidad compartieron la familia y brigadistas para celebrar el rescate de “Princesa”. Crédito: Grupo DiarioSur.

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