Esta semana, se confirmó el primer caso de Hantavirus del año en la Región de Aysén, se trata de un usuario, de 58 años - quien fue trasladado al Hospital del Tórax en Santiago - luego de consulta médica realizada en el Hospital Regional Coyhaique por presentar dificultad respiratoria y asociar posible exposición a roedores en lugar alta ruralidad.
Desde el laboratorio de la UC Christus notificaron, mediante el examen respectivo, sobre el primer caso de Hantavirus en la Región de Aysén.
El paciente, con domicilio en la región, tras permanecer durante enero en la zona lacustre y pernoctar en una cabaña de uso familiar, presentó síntomas asociados a esta enfermedad como dificultad respiratoria y cuadros de fiebre, siendo trasladado al norte del país donde permanece en observación con estado de salud reservado.
Frente a esta situación, la Seremi de Salud inició una investigación integrada por equipos de la unidad de epidemiología y la unidad de zoonosis, con el propósito de determinar el lugar de probable exposición y factores de riesgo asociados que derivaron en este caso de Hantavirus para adoptar las medidas de prevención y control con las personas expuestas a esta
enfermedad.
En este contexto, la Seremi de Salud (s), Silvia Delfín Cortés, señaló que, al igual que todos los años, se ha realizado un constante trabajo intersectorial para reiterar las acciones preventivas frente al Hantavirus.
“Anualmente, nos esforzamos en informar y entregar recomendaciones sobre el Hantavirus, donde la principal medida de resguardo es el propio autocuidado de las comunidades para prevenir esta enfermedad, como la ventilación de los inmuebles que se encuentren en zonas rurales y que han estado desocupados por al menos 20 minutos, con el uso de mascarilla y guantes, son medidas que se deben intensificar en este período estival”, dijo.
Es una enfermedad de origen viral, que se transmite al ser humano desde los roedores silvestres como el Oligorizomys longicaudatus (ratón de cola larga, autóctono), cuando éste es portador del virus.
La transmisión más común se produce a través de la inhalación de aerosoles producidos a partir de la orina, saliva y excretas de roedores infectados. Al ser un roedor silvestre, el mayor riesgo lo tienen personas que viven en sectores rurales, poco intervenidos por el hombre, al igual que personas que por actividades recreacionales y laborales van a esos lugares.
La enfermedad comienza con un cuadro similar a una influenza, con fiebre, dolores musculares, dolor de cabeza, a veces acompañado con síntomas gastrointestinales, y con dificultad respiratoria progresiva.
Estos pacientes necesitan ser diagnosticados oportunamente, ya que su manejo es muy complejo y requiere atención especial. La importancia de esta enfermedad radica principalmente en su alta letalidad.
Ventila por 30 minutos antes de entrar a lugares cerrados.
Después de ventilar, limpia las superficies y suelos con cloro.
Mantén los exteriores libres de basura y maleza.
Sella orificios y mantén el orden en casas, galpones, leñeras o bodegas.
Guarda los alimentos en recipientes herméticos, fuera del alcance de roedores.
Consume únicamente agua potable, envasada o hervida.
Para recolectar frutos, limpiar, desmalezar y ordenar, utiliza siempre guantes y mascarilla.
Cuida especies silvestres que controlan roedores como zorros, culebras y lechuzas.
Grupo DiarioSur, una plafaforma informativa de Global Channel SPA, Av. España, Pasaje Sevilla, Lote Nº 13 - Las Animas - Valdivia - Chile.
Powered by Global Channel
207065