Este 26 de marzo se conmemoró el Día Mundial de la Prevención del Cáncer de Cuello Uterino, una enfermedad que en Chile es la cuarta en incidencia entre las mujeres y que, según datos entregados por Globocan, durante 2020 registró cerca de 1.500 casos nuevos. Por lo mismo, y para evitar que con los años estas cifras sigan aumentando, desde la comunidad médica invitan a los pacientes a tomar todas las medidas para prevenir esta enfermedad.
Para el doctor Miguel Celis, oncólogo ginecólogo de Clínica RedSalud Providencia, una de las medidas más efectivas para disminuir los riesgos de cáncer cérvico uterino es la vacuna contra el Papiloma Humano, la cual se administra en niñas, principalmente de edades entre los 9 y 10 años.
“En la prevención un pilar fundamental es la vacunación, porque va a facilitar que la respuesta inmunológica frente al contacto con el virus sea satisfactoria y la mujer pueda eliminarlo de forma significativa. Cuando alguien vacunada tenga contacto con el virus se podrá defender, consiguiendo así que la infección no evolucione”, explica el profesional.
Según la literatura médica, el virus del Papiloma Humano es considerada una infección de transmisión sexual, por lo tanto, es también conveniente educar a la población, sin distinción de género, sobre la importancia de aplicar esta vacuna.
“Antes los padres se negaban a vacunar a sus hijos, pero cada vez han ido entendiendo más que la infección por Virus del Papiloma Humana es la pandemia silente del siglo, porque la paciente no se da cuenta que la tiene y que se puede transformar en una enfermedad oncológica”, argumenta el especialista.
En esa línea, y considerando que actualmente nuestro país está concentrando sus esfuerzos en combatir la crisis sanitaria del Covid-19 con una vacuna, para el oncólogo de RedSalud, bastaría con dejar tiempo suficiente entre una inoculación y otra para evitar riesgos de interacciones.
Otras maneras de prevenir
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que actualmente existen tres vacunas precalificadas que protegen contra dos variantes de virus que producen, al menos el 70% de los cánceres del cuello uterino. Por lo mismo, el ente adoptó una estrategia mundial para acelerar la inoculación en las mujeres, con metas que apuntan a llegar a 2030 con 90% de las niñas del mundo vacunadas al cumplir los 15 años.
Sin embargo, la misma OMS asegura que la vacuna por sí sola no es suficiente y que también es necesario tomar otras medidas, algo en que concuerda el Dr. Celis, quien también asigna un gran valor a los exámenes preventivos.
“El Papanicolau tiene por objetivo disminuir la mortalidad por cáncer y lo hace buscando las alteraciones premalignas del cuello uterino, sin embargo, el tamizaje o búsqueda activa del virus también es una forma de prevenir”, explica el facultativo.
En esa misma línea, el especialista de RedSalud agrega que en los últimos años se ha sumado otro tipo de métodos como el Test de HPV de alto riesgo, llamado así por las siglas en inglés del Virus del Papiloma Humano, que es un método más sensible y preciso para detectarlo.
“Corresponde a un método molecular similares a la PCR que utilizar para el Coronavirus y lo que hace es ir a buscar la presencia del DNA del Virus del Papiloma de alto riesgo en el cuello uterino” revela el especialista, quien recomienda realizar ambos procedimientos preventivos.
Por último, el Dr. Celis también hace un llamado a la población a examinarse y a consultar con un especialista de forma regular, además de ser proactivo en materia de prevención. “El uso de la vacuna, las medidas de prevención sexual, el tamizaje realizado de forma permanente y la visita al médico, sin duda, deriva en que las posibilidades de riesgo de este tipo de cáncer sean cada vez menores”, puntualiza.
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