Danza de nombres en torno al tercer seremi de BB.NN. de los Tiempos Mejores

Al menos tres cartas maneja el gobierno para una Seremía que es clave en una región donde el Estado es propietario del 70% del territorio.

Patricio Araya González

Aun cuando su salida había quedado “decretada” tras el incidente que lo hizo famoso en la prensa nacional, luego de tratar de “viejas de mierda” a unas dirigentas sociales de Tortel, este martes la Espada de Damocles cayó sobre la cabeza del ahora exseremi de Bienes Nacionales Alejandro Escobar Neumann.

No obstante, su abrupta salida no dejó de sorprenderlo, tanto, que se enteró por la prensa que le habían aceptado su renuncia “voluntaria”.

A tres días de esa repentina decisión ya se desató la lluvia de nombres para reemplazarlo, prioridad en todo caso que estaría en manos de Renovación Nacional, partido oficialista dueño de ese cupo en el gabinete regional. La decisión final está en manos del joven ministro Julio Isamit.

Por ello, ya son varios los nombres que desde el mismo martes 1 de diciembre comenzaron a sonar en reemplazo del destituido Alejandro Escobar. Una es la propia Ana María Mora Araneda, militante de RN que desde 1996 está contratada como funcionaria de planta en el Gobierno Regional, y que en esta ocasión “corre con ventaja” por su experiencia como exgobernadora provincial de Capitán Prat (Piñera 1) y exseremi de Vivienda (Piñera 2), a quien algunos partidarios suyos le reconocen “su enorme capacidad de trabajo”, mientras que desde otras veredas aseguran que “solo vendría a hacer caja”, en abierta alusión a la necesidad de resarcirse del gasto de su fallida incursión municipal.

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Otro nombre del partido viene de la cantera. Se trata de Nicolás Crisóstomo Muñoz, un joven profesional del corral “Galilea”, quien se desempeña en la gobernación de Coyhaique, y al que de manera transversal se le reconoce su trabajo territorial, “su destacada caballerosidad y decencia política”, y cuya única duda existencial sería dónde poner sus fichas en esta pasada: optar por ser el tercer seremi, por el breve período que le resta al gobierno, o postularse en abril de 2021 como concejal al municipio de Coyhaique.

Una tercera candidata cuyo nombre surgió desde la lógica de las compensaciones, es la ex abanderada de Evópoli en la primaria municipal Verónica Figueroa, quien con sus 947 votos podría reclamar unos minutos en cancha, antes del pitazo final. El pero que se le viene encima a Figueroa es no ser militante de RN, tienda dueña del cargo, para el que no obstante la exconcejala por la UDI no contaría con el beneplácito de Chile Vamos, esto es, la rúbrica de los parlamentarios y jefes de partidos gobernantes.

También han sido sondeados otros posibles nombres. Uno ya dijo que no. “Voy por otro camino”, confesó. El otro –bajado a empujones de una anterior nominación para asumir el mismo cargo–, emigró del partido y cerró la puerta por fuera, sin sospechar que el elegido en vez de él, duraría menos de un año en el puesto.

¿Quién será el nuevo residente frente a la plaza? ¿Acaso volverá a imponerse el criterio de la vieja política de “el que tiene, mantiene”, y RN pasará por caja, timbrando a un tercer discípulo suyo, haciendo caso omiso del mensaje ciudadano del 25 de octubre?

El consejero Carlos Campos –crítico declarado de la gestión histórica de Bienes Nacionales en la región– no obstante apostar por la savia nueva, poniendo sus fichas en Nicolás Crisóstomo, no descarta que Santiago mande alguien a hacerse cargo. Cualquiera sea el nombre que surja de la terna con sabor a quina, él solo establece una condición: que el ungido “sea capaz de resolver el problema a doña Eugenia Maldonado, una vecina de Tortel, víctima de la ineficiencia de Bienes Nacionales”.

La semana siguiente será clave. Solo se espera que la decisión no sea tan tardía como la anterior designación, que tuvo a esa oficina pública casi dos meses acéfala.