Era porfiado, requete contra porfiado, pero su carácter alegre, polémico, pero enamorado hasta el tuétano de la Patagonia y su folclor, hizo que la gente lo reconociera como un diestro del acordeón y la guitarra.
Alejandro Chocair Lemus partió esta madrugada del lunes 26 a recorrer las pampas y fiordos del más allá, a tocar acordeón y con su mate bajo el brazo y sus pierneras de lana de oveja.
Periodista y músico, estaba radicado en Santiago y arrastraba varias dolencias, sin embargo mantuvo casi hasta el final su espíritu inquieto, siempre pensando qué hacer y cómo hacerlo.
Los restos del “Aysenino recontra porfiado”, como se le conoció popularmente en Coyhaique y la región, son velados en la capital, en avenida Valdivieso 555, Recoleta, y sus funerales serán en el Cementerio Santísima Trinidad entre las 12:30 y 13 horas de este miércoles 28 de septiembre.
Nació en 1950 en Coyhaique y a los 13 años aprendió a tocar la guitarra. En los años setenta se hizo conocido cuando recorrió Chile a caballo desde Arica hasta Caleta Tortel en un viaje de 4 años.
Esos viajes lo hicieron conocedor del país y hasta pudo compartir con artistas chilenos de renombre como Palmenia Pizarro, Pedro Messone, Gloria Simonetti o Ginette Acevedo.
En la zona, uno de sus éxitos más conocidos fue el corrido “Mañihualito, mañihualero, mañihualazo”, canción que no podía faltar en su repertorio y en el que se lucía con su acordeón.
Si algo no le resultaba volvía a intentarlo una y otra vez, así se ganó el apodo de “Aysenino recontra porfiado” que pasó a ser su nombre artístico.
En 2012 se propuso a batir el récord Guiness de tocar 70 horas seguidas en la Plaza de Armas de Puerto Aysén, pero su cuerpo no le dio y se desmayó cuando llevaba 52 horas.
Pero a un porfiado no se le puede decir que fracasó. Chocair volvió a intentarlo, esta vez en la Plaza de Armas de Santiago, y batió hasta sus propias expectativas al tocar 84 horas y 24 minutos. Un crack.
También era un hombre que defendía causas que creía justas y eso lo llevó a pelearse con connotados personajes de la política regional, sino, pregúntelo al ex alcalde Alejandro Huala con quien tuvo sabrosos entredichos.
Apoyó el movimiento Patagonia sin represas, la lucha por una educación de calidad o las protestas sociales de 2012 y hasta hizo dos huelgas de hambre.
Uno de sus grandes compañeros fue Víctor Hugo Campusano con quien hacía duelos de acordeón en sus presentaciones y con el que bromeaban entre actuación y actuación.
Chocair grabó por lo menos una treintena de discos con canciones del folclor patagón con corridos, valses, chamamés, canciones que no podían faltar en celebraciones de esta tierra.
Al “aysenino recontra porfiado” ya es parte de la historia de la región y, aunque sea de manera póstuma, merece un reconocimiento por su amor a esta tierra, sus vientos y su música.
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