La comunidad de Puerto Gala, localidad de la comuna de Cisnes, celebró el pasado 21 de agosto su aniversario 24 desde su fundación.
Si bien Puerto Gala surgió como asentamiento en la década de 1980, durante el boom de la merluza y se acrecentó más en la década de 1990 con la llamada fiebre del loco.
En esos años llegaron a establecerse pescadores desde Chiloé, Puerto Montt, Valdivia e incluso de regiones apartadas como Coquimbo.
Los pescadores podían trabajar intensamente por tres a cuatro meses y con el tiempo los asentamientos que perseveraron fueron Puerto Gala y Puerto Gaviota.
Un hombre que impactó en las vidas de estas familias de pescadores fue el padre Antonio Ronchi que tomó contacto con ellos en sus idas y venidas para hacer misa, visitar enfermos, pero también conocer y vivir las carencias.
El autodenominado “cura rasca” de Aysén comenzó a organizar a las familias para obtener servicios básicos, levantar una escuela y una capilla.
Después el sacerdote y los dirigentes del puerto lucharon para que construyan pasarelas para bajar hacia la ribera.
La otra lucha fue levantar un consultorio para atención de salud, considerando que en esos días y hasta hoy, sólo se puede acceder vía marítima al asentamiento, lo que complica aún más el tema de atención médica.
Un tema del que no gustan referirse los galenses fue que, entre los primeros habitantes que llegaron al lugar estaban personas que escapaban de la persecusión política durante el gobierno de Augusto Pinochet.
Pero también llegaron personajes que huían de la justicia y que se aprovecharon de que la localidad estaba absolutamente fuera del estado de derecho. La policía sólo recuperaba cadáveres de personas y la comunidad no se atrevía a colaborar con la justicia.
Las autoridades intentaron desalojar Puerto Gala, pero sus habitantes se opusieron con energía a la autoridad, de acuerdo a lo testimoniado en el ensayo del historiador Alejandro Marín “Puerto Gala y Puerto Gaviota (1985-1993). Una mirada desde el triángulo de la violencia”.
El mismo ensayo de Marín relata: “A medida que se desató el auge de la merluza, los pescadores artesanales de Puerto Gala y Puerto Gaviota entraron en conflicto con la pesca industrial. La sobreexplotación llevó finalmente al gobierno a prohibir la pesca de merluza, lo que provocó el desempleo y el regreso a Chiloé de algunos colonos”.
La localidad se fundó oficialmente el 21 de agosto de 1999 y cumple 24 años.
En 2001 fue elegida como locación para filmar la película chilena “La fiebre del loco” del cineasta Andrés Wood.
No se puede llegar por tierra hasta Puerto Gala, la única manera es por vía marítima, ya sea por el transbordador de la Naviera Austral desde Quellón, o bien desde puerto Raúl Marín Balmaceda o Puerto Cisnes.
Su paisaje enmudece ante la vegetación y por estar en el punto que une los canales Jacaf y Moraleda, al norte de la isla Magdalena.
Propiamente tal es un archipiélago formado por las islas Toto, Gala, Chita, Antonio Ronchi y la isla Sin Nombre que es conocida también como isla Núñez.
Se integra también un pequeño islote, conocido como Islote del Medio y su población no asciende más allá de las 300 personas.
Si bien es un pueblo pescador que vive de la pesca de la merluza hace dos años también han motivado un proyecto turístico para visitar el archipiélago, llegar hasta playa Bonita y vivir por un día la vida del pescador en época de verano.
También está el proyecto cultural de la ruta de la fe donde se puede visitar el templo que levantaron sus habitantes motivados por el entusiasmo del sacerdote italiano Antonio Ronchi. Son iniciativas que, en algo, amortiguan el problema de la conectividad de este bello paraje de Aysén.
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