Jóvenes veleristas retoman el arte de la vela en Puerto Gala

El pescador artesanal Patricio Maldonado está enseñando este deporte náutico a los niños de la localidad que habita, un deporte que se conecta con los antiguos hábitos de la costa aysenina.

Puerto Gala, aunque es parte de la comuna de Cisnes, tiene profundas raíces chilotas en muchos aspectos de sus tradiciones, se trata de una cultura navegante heredada por los antiguos pueblos chonos que habitaron y navegaron entre la gran isla hasta la parte norte de la actual región de Aysén.

Patricio Maldonado es un pescador que proviene de esa cultura navegante, sin embargo ve con preocupación cómo los jóvenes de Puerto Gala realizan sus vidas ajenos a la tradición marinera de sus ancestros y más preocupados de estar conectados a un iphone que a la naturaleza y el maravilloso paisaje que ofrece la localidad.

Influenciado por el entusiasmo de sus ancestros pescadores y de un querido loco como lo fue el padre Antonio Ronchi, Patricio Maldonado decidió que era tiempo de soñar y hacer proyectos, así fue como creó con 14 niñas y niños, más el apoyo de sus padres, la escuela de vela de Puerto Gala, al tiempo que promueve un emprendimiento turístico, ya pensando para la época de verano. “Nadie viene de vacaciones a Puerto Gala, nadie lo promueve y creo que tenemos todo para que el turista disfrute del deporte de aventura y que aprenda de nuestras tradiciones. Me imagino a los turistas acá, nosotros enseñándoles a pescar y después enseñándoles a cocinar su propia captura a la plancha o como quiera. ¿Por qué no podríamos hacerlo?”, se pregunta.

PEQUEÑOS NAVEGANTES

La única vía de llegada a Puerto Gala es por vía marítima, pues el pueblo está en la Isla de Toto, en el punto de encuentro del Canal de Jacaf con el Canal de Moraleda. El punto más cercano de urbanidad es en Puerto Cisnes, pero para llegar allá hay que navegar, así que la situación de aislamiento es más que evidente, en especial para la juventud que desea estudiar.

Patricio Maldonado es pescador artesanal y oficial de máquina de la marina mercante y asegura orgulloso que el 95 por ciento de su vida lo pasa en el mar. Hace un año empezó a administrar Galatour Austral que pretende trabajar el próximo verano en turismo aventura. “Acá los paisajes son únicos, no son de acceso fácil, pero si uno lo ve por el lado positivo eso le da el encanto que no cualquier persona llega ahí y eso es lo fabuloso”, expresó Maldonado.

Paralelo a ese emprendimiento, inició la idea de recuperar la navegación a vela. “Recuerdo que antes nuestros padres se movilizaban con la navegación a vela porque no estaban los recursos para comprarse un motor. Hoy por hoy eso se ha ido perdiendo, todos los pescadores tienen embarcaciones rápidas”, expresó.

Maldonado decidió irse a Chiloé a una escuela de deportes náuticos de Quilchén donde hizo el curso de capacitación de vela menor en los yates modalidad optimist, láser, vela chilota y windsurf que son para el uso de una o dos personas máximo e implica mucha técnica para maniobrar la embarcación, aprovechando el viento.

Ahora en Puerto Gala se inició la escuelita con un velero y pronto Maldonado pondrá a disposición veleros del tipo windsurf. “En el camino he conocido personas muy buenas que conocen este deporte y me han ido asesorando para conseguir equipos. No soy una persona con certificación, pero logré conseguir contactos con la Federación Nacional de Vela y con el director regional de Deportes y quedó entusiasmado con lo que estamos haciendo”, contó Maldonado.

Por lo pronto esta iniciativa mezcla lo cultural con lo deportivo y, al menos cuando el clima fue un poco más benigno, el instructor y sus niños practican la vela bastante seguido.

MATERIAL

Actualmente no existen clubes de vela en la Región de Aysén y las únicas escuelas náuticas de vela son las de Quilchén y en Puerto Williams en el sur austral, pero el ambiente deportivo fuerte se da en Algarrobo y más al sur en Villarrica, Valdivia y Frutillar, ciudades donde, a futuro, se podría ir a competir en regatas.

Maldonado por ahora está tratando de gestionar bodies para proteger a sus alumnos del frío, chalecos salvavidas para la seguridad y, principalmente, más embarcaciones. Si se logra seguir creciendo, Puerto Gala perfectamente podría crear un club de botes o hasta convertirse en un club de vela.