Preocupación causó en quienes tuvieron la oportunidad de ver a un puma en muy malas condiciones físicas y con una de sus patas amputadas en el sector cercano a la Villa O’Higgins.
El ejemplar fue captado en videos y se veían muy delgado y con problemas para caminar dada la seria herida que presentaba en su extremidad trasera izquierda.
Enterado de la situación, el Servicio Agrícola y Ganadero de la Región de Aysén dispuso de un equipo especializado para que se traslade a la zona e instale trampas para la captura del ejemplar.
En esta labor han contado con el importante apoyo de efectivos de Carabineros.
Hasta esta jornada de jueves 11 de enero, no se había obtenido los resultados esperados, pero se sigue monitoreando la situación.
Enfrentado ante esta situación, el director regional de SAG Aysén, médico veterinario Julio Cerda Cordero, indica a Diario Regional de Aysén que la lesión del puma pudo deberse a una trampa instalada en los sectores por donde se desplaza.
“Puede haber sido una trampa, tipo huache o plato, pero están prohibidas. Esa información no la tenemos y si de ser así actuaremos conforme a la ley. Esa información la obtendremos una vez que capturemos el ejemplar y se realice la atención veterinaria”, comenta.
-¿Qué es lo más probable que suceda con el animal si no es atrapado? Se ve muy deteriorado físicamente ¿puede sobrevivir en la naturaleza en esas condiciones?
“No, por eso estamos haciendo todo lo posible por capturarlo, ya que en esa condición no puede cazar y es incompatible con la vida silvestre”.
-De ser atrapado ¿cuál es el procedimiento que continuaría? ¿Se podrá devolver a la naturaleza?
“Lo primero es recuperar su estado de salud y nutricional. Luego el protocolo es contactarse con todas las regiones, para evaluar disponibilidad en algún centro de rescate. La posibilidad de reingreso al medio es muy baja, por su condición”.
-¿Qué tan común es este tipo de situaciones en la Región de Aysén?
“No es común recibir este tipo de denuncias, sí es frecuente encontrarse con ejemplares de puma, aproximadamente unas cuatro veces al año, particularmente entre diciembre y marzo ocurren los avistamientos de estos animales, incluso ataques a fauna silvestre y especies de abasto, debido que las hembras comienzan a enseñar a cazar a sus crías. En ese momento SAG intenta capturas para relocalizar los ejemplares”.
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