Italiano que da la vuelta al mundo a pie se enamoró de Villa O’Higgins

Lo describió como un “rinconcito de paraíso”. Revisa qué fue lo que más le gustó y las fotografías de su viaje.

Hace algunos días, Nicolo Guarrera, el italiano de 29 años que el 9 de agosto de 2020 decidió dejar todo para dar la vuelta al mundo a pie, llegó hasta el final de la Carretera Austral, en la comuna de O’Higgins. 

Sobre el pueblo de Villa O’Higgins, Nico escribió en su Instagram: “puede que sea el pueblo más hermoso que nunca vi. Sin embargo, somos tan aislados que casi no hay conexión, así que no puedo compartir ese rinconcito de paraíso”. 

En el lugar, obtuvo el reconocimiento que la municipalidad otorga a todos quienes llegan al final de la Carretera Austral, el que luce orgulloso en una de sus fotografías publicadas desde la zona. 

Más de dos meses tardó este caminante en atravesar los 1.400 kilómetros que forman parte de esta agreste ruta nacional y reconoció que en el trayecto encontró un nuevo amor: el hielo, elemento que calificó de “una belleza dramática, fragilísima y viva, que sangra y llora cada día por nuestro descuido” describió en su cuenta IG. 

En su relato de esta jornada, Nico escribió que en sus más de dos años caminando, en este último tramo chileno “por primera vez me sentí cansado, muy cansado. Las piernas no lograban subir, como si no hubiera fuerza”. 

Sin embargo, agregó que le falta aún un último esfuerzo antes de descansar, que es alcanzar los 2 mil kilómetros para llegar a Ushuaia, en la Tierra del Fuego. 

Al respecto, dijo que en algunos días “marcho por una desviación de 500 kilómetros para salir de Chile y llegar a la ventosa Patagonia Argentina”.

Cabe señalar que Nico viaja por el mundo solo con Etzio, su coche para bebés que lo acompaña y en el que carga las pocas cosas con las que cuenta para sobrevivir. 

A veces duerme en paraderos, plazas, campos, a veces en casas que le ofrecen cobijo.  

Y hasta ahora debe llevar más de 10 mil kilómetros caminados en Sudamérica y decenas de calcetines que son lejos lo que más gasta en ropa. 

A Nico aún le quedarían tres años de viaje a pie para cumplir con su objetivo, pero eso también puede variar, pues sus trayectos a veces sufren modificaciones. 

Lo otro que sin duda sufrirá drásticos cambios al término de su travesía es su respuesta a su pregunta inicial: “Si mi vida fuera una obra de arte ¿iría a verla?”. A esta altura quizás varios cientos responderían que sí.