¡Feliz cumpleaños señora Elena!: Pionera de Villa Ñirehuao cumple 100 años

Familiares de Elena Rodríguez la visitaron y recordaron su vida de esfuerzo y abnegación en años en que todo era más difícil en los asentamientos rurales de la Patagonia. Esta es su historia.

Es una pionera de la zona y con esfuerzo y cariño supo hacerse una vida y dar vida a otras y otros que llegaron después de ella. Hoy Elena Rodríguez Brandt cumple 100 años de vida y es una de las pioneras que llegaron a la región cuando Coyhaique aún se llamaba Baquedano y posteriormente ayudó a levantar y asentar Villa Ñirehuao. 

Su hijo, Héctor Pozas Rodríguez, se contactó con Diario Regional Aysén para cumplir con un deber, según él mismo expresó, quería saludar públicamente a su madre que este 2 de julio cumple 100 años

Héctor Pozas contó que su mamá Elena, por su avanzada edad, reside en el Hogar Sor Clara Bosatta de Coyhaique, razón por la cual extiende los agradecimientos de la familia por los cuidados que le brindan.

Su hijo relató que Elena Rodríguez Brandt nació el 2 de julio de 1922 en Río Bueno, Región de Los Ríos y fue madre de 10 hijos (cuatro de ellos ya fallecidos), tiene 16 nietos, 29 bisnietos y dos tataranietos.  

Héctor recuerda que su madre llegó a la región de Aysén a los 17 años, casada con Alfredo Vidal, cuando en ese entonces Coyhaique se llamaba Baquedano.

El matrimonio no funcionó y rehizo su vida con Abelardo Pozas. En 1971 la familia se trasladó por trabajo a Villa Ñirehuao, cuando era un pueblito recién inaugurado en 1969.

Esos fueron los años de la reforma agraria que promocionó el gobierno de Eduardo Frei Montalva, hecho que motivó la emigración de muchas personas a trabajar a los campos y que fue lo que dio vida a varios pueblos o villas cercanas a los centros urbanos, pero que eran de esencia 100 por ciento rural.

“Mi madre fue una de las primeras mujeres que se ganaba la vida realizando lavado de ropa a mano, a los profesores o Carabineros, porque habían como 10 casas en ese entonces. Toda su vida ha tejido a telar y a palillo”, rememora. 

Agradecido

Elena, según cuenta Héctor, fue en los hechos padre y madre en los días vividos en Ñirehuao.

“Sin saber leer ni escribir nos dio estudio y nos enseñó valores y respeto a nuestros vecinos, amigos, en fin, a toda persona”, dijo emocionado.

“Quiero agradecer infinitamente a la obra don Guanella, hogar Antonio Ronchi y hogar Sor Clara Bosatta ,a su directora Andrea Preller y a todas las personas que trabajan en este hogar por su cuidado, amor, cariño, paciencia que le entregan día a día a todas estos adultos mayores”. 

Admite que sin los cuidados profesionales del hogar no estaría la familia celebrando los 100 años de vida de mamá Elena. 

“El motivo que llevamos a mi mamá al hogar fue única y exclusivamente porque mis hermanos trabajamos, y en la villa no había personas que trabajaran con adultos mayores", comentó.

"Fue una decisión muy difícil de tomar, pero ahora no estamos arrepentidos, todo lo contrario estamos agradecidos” expresó.

Penurias

"Este espacio que me han dado es muy importante para la juventud de hoy día, ella siempre ha estado en el anonimato, un gran ejemplo en esos años se hacían trueque para alimentarnos, se hacían filas para comprar", señaló.

“Algo muy importante de ella es que fue partera en los años en que no había hospitales ni nada. Ella ayudó a traer al mundo a muchas personas en Villa Mañihuales y Villa Ñirehuao. Estoy seguro que muchos se acuerdan de ella por allá”, aseguró.

Héctor recordó también que su madre y la familia no lo pasaron muy bien posteriormente al golpe militar de 1973.

“Ella tiene un hijo desaparecido en esos años y hasta hoy nunca se ha sabido nada”, expresó.

“Esa es mi madre, luchadora como nadie, dura como un roble. Mis hermanas siguen el legado de la anciana, nosotros los varones responsables en los trabajos, yo en lo personal estuve de dirigente vecinal, de vivienda, de deporte, etc., poder ayudar a mis vecinos a ser el portavoz de los que no tienen voz”, manifestó.

Celebración

Ayer viernes 1 se hizo la celebración del cumpleaños número 100 de mamá Elena en el hogar donde reside.

Por razones sanitarias y por la avanzada edad de la festejada, sólo tres de sus hijos pudieron acudir a verla, protegidos con todas las medidas sanitarias, ellos fueron Marito Rodríguez, Israel Rodríguez y Héctor Pozas Rodríguez.

“El resto de los hijos no pudieron venir por la distancia y por salud porque no se aceptan visitas de personas si están resfriados”, indicó Héctor.

Tampoco hubo torta, pero sí alegría, cantos, sonrisas y un bello ramo de flores para mamá Elena en el Hogar Sor Clara Bosatta.

Elena miraba con admiración su hermoso ramo de flores.

Pioneros

“Como familia quisiéramos enviar un cariñoso saludos a los vecinos y vecinas de Alto Mañihuales, Arroyo El Gato, Ñirehuao, Río Norte y la comunidad de la Escuela Valle La Luna, donde mi mamá trabajó como lavandera. Hay tantos adultos mayores viviendo en esos pueblos. Ellos son humildes, calladitos, pero forjaron historia”, manifestó Héctor. 

Añadió que en esas zonas rurales aún viven anónimamente pioneros de pueblos rurales y que la juventud deja esos asentamientos para buscar trabajo en las ciudades o en otras regiones.

“En esos pueblos hay muchos son adultos mayores que en el día los cuidan, pero en las noches se quedan solitos. Me gustaría que los políticos y las autoridades se acuerden de esos pioneros que levantaron la región y que no los busquen sólo para los votos y para la foto”, expresó Héctor.