La Fundación MERI y Proyecto Manku, junto con Rewilding Chile, CONAF y SAG, devolvieron a su hábitat a dos cóndores -Pumalín y Liquiñe- en el Parque Nacional Patagonia. A estas aves, rescatadas y rehabilitadas, se les instaló un transmisor satelital en una de sus alas, el cual recibirá información valiosa para la investigación de esta especie.
Este hito en la Patagonia, es la cuarta liberación enmarcada dentro de un proyecto desarrollado por Fundación MERI y Proyecto Manku durante los últimos tres años, completando un total de 11 aves.
En esta zona del país está el núcleo poblacional más numeroso de cóndores a nivel americano. Según estudios de MERI, la Patagonia representa el 70% de la población de cóndores de Chile, por lo que su conservación es clave para sostener una población saludable a nivel nacional y a nivel sudamericano.
“El Parque Nacional Patagonia es un excelente sitio para liberar cóndores, dado que hay diferentes grupos de esta especie que ocupan el parque como corredor, como ruta constante de vuelo. Esto hace que la posibilidad de integración de los nuevos cóndores sea más alta”, explicó Cristián Saucedo, director del Programa de Vida Silvestre de Fundación Rewilding Chile, el legado de Tompkins Conservation.
La pareja luego de ser tratada en la clínica veterinaria del Zoológico Nacional, y trasladada al Centro de Rehabilitación de Aves Rapaces (CRAR), llegó al Parque Nacional Patagonia en diciembre, donde estuvieron dos meses aclimatándose. Este último proceso fue fundamental para que los cóndores pudieran familiarizarse con el territorio y estar listos para reinsertarse en el medio silvestre.
La presidenta ejecutiva de Fundación MERI, Francisca Cortés Solari, detalló que el objetivo del proyecto, en estos tres años, incluye un foco científico que es obtener información sobre el comportamiento de los cóndores para contribuir a su conservación. “La instalación de transmisores satelitales es clave. Para saber cómo proteger una especie es muy importante recopilar la mayor cantidad de información posible para aprender sobre su conducta, su desplazamiento y la forma en la que interactúa con otras especies”, destacó.
Sobre los transmisores, Dominique Durand, directora ejecutiva del Programa de Conservación del Cóndor Andino-Proyecto Manku, agregó que envían, vía internet, información diaria sobre la posición de los cóndores. “Estos datos nos permiten conocer, casi al instante, si se están moviendo con un patrón normal o si es anómalo y requieren apoyo de nuestra parte. Saber dónde están -agregó- nos permite proveerles alimento los primeros días post liberación, apoyo que se reduce gradualmente en la medida que aumentan su capacidad de vuelo”.
Principales peligros
Todas las amenazas sobre el cóndor son de origen humano. La principal es la utilización de venenos en carcasas, un método que utilizan algunos ganaderos y campesinos para eliminar depredadores silvestres y perros domésticos y asilvestrados que generan daños en sus rebaños. Un evento de envenenamiento puede matar decenas de cóndores y causar un grave daño a la población.
La caza con armas de fuego también es un problema, a pesar de que está totalmente prohibida por ley, además de los choques con líneas eléctricas mal emplazadas en cordillera y la ingesta de basura.
El cóndor andino es una de las aves voladoras más grandes del mundo. Su hábitat natural se extiende a lo largo de la Cordillera de los Andes desde Venezuela hasta el extremo sur de Chile y Argentina, siendo estos dos últimos países donde mayor predominio tiene. Sin embargo, en el caso de los países de los Andes del norte, su población está en serio peligro de extinción.
“Su protección y conservación es relevante por su significación cultural, belleza, por ser elementos vivos de alto impacto en el paisaje cordillerano y porque cumplen un rol fundamental como carroñeros, eliminado rápidamente las carcasas de grandes animales silvestres y nativos y evitando problemas sanitarios, tanto en los ecosistemas naturales como en los sistemas productivos ganaderos”, afirmó Francisca Cortés.
Al respecto, el codirector del Programa Binacional de Conservación del Cóndor Andino Chile-Argentina de Aves Chile-Unorch, Eduardo Pávez, sostuvo que la rehabilitación de aves rapaces es un proceso sumamente complejo. “Estas aves -dijo- son verdaderas atletas y, por lo tanto, deben estar en óptimas condiciones para ser reinsertadas en su ambiente natural, puesto que van a competir con pájaros que han estado toda su vida en libertad”.
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