"Pumalín" y "Liquiñe" ya vuelan libres por cielos patagónicos

La pareja de cóndores, rescatados por el Centro de Rehabilitación de Aves Rapaces, Proyecto Manku, Fundación Meri y Rewilding Chile, fueron liberados en Parque Nacional Patagonia.

Fue emocionante. “Pumalín” y “Liquiñe” estaban dentro de la reja cuando se abrió la puerta. Con timidez salieron caminando y desplegaron sus alas, pasaron el umbral de la reja que limitaba sus movimientos y miraron a su alrededor, observando la pampa patagónica. “Liquiñe” iba adelante, pero fue “Pumalín” quien de pronto abrió sus alas e inició su primer vuelo. A los pocos segundos lo siguió “Liquiñe”.

Los cóndores sabían de la presencia humana que se congregó para ver su liberación, les sacaban fotos, hacían un respetuoso silencio. Sólo se escuchaba el viento patagónico y fue a ese viento que la pareja de cóndores le entregó sus alas para elevarse, primero con un vuelo bajo y tras el fuerte aleteo agarraron más altitud hasta alejarse hacia las cumbres del Parque Nacional Patagonia. Aplausos y vítores de quienes veían la escena, tal vez una emoción secreta de parte de sus cuidadores.

 Así fue la liberación de la pareja de cóndores “Pumalín” y “Liquiñe” que tras 14 meses de cuidados en el Centro de Rehabilitación de Aves Rapaces de Talagante fueron trasladados a la Región de Aysén. Luego de dos meses de adaptación al clima patagónico, la pareja de aves rapaces fue liberada la tarde del sábado 12 ante la vista de un grupo de científicos y personas congregadas por la Municipalidad de Cochrane.

UN PROCESO

La liberación de los cóndores es parte de un proyecto que suma las voluntades del Centro de Rehabilitación de Aves Rapaces (CRAR), junto a la Fundación Meri, el proyecto Manku y Rewilding Chile (ex fundación Tompkins). 

En diciembre de 2020 el CRAR recibió a “Pumalín” cuando éste era un pichón manso, con su plumaje en mal estado, poca fuerza y retraído y luego de 14 meses de cuidado se veía más maduro, arisco, con su plumaje impecable, fuerte y con carácter.

Tanto “Pumalín” como “Liquiñe” fueron liberados con transmisores en sus alas para seguir monitoreándolos en su adaptación a su nuevo hogar, el Parque Nacional Patagonia.