“Lo pasé muy mal, me he dedicado toda la vida a este negocio y me vi de un rato para otro sin sustento”, comentó preocupado Daniel Barría, quien hace 45 años atrás instaló su relojería en el centro de Coyhaique, cuenta que a lo largo del tiempo vivió muchos acontecimientos, pero ninguno cómo este, que le afectó de manera repentina.
Daniel hizo de su relojería un negocio familiar, por tanto no sólo él vio su economía retroceder. “Tenía que seguir pagando el arriendo del local, las cuentas y además mantener la casa”, indicó.
Frente a esta imposibilidad de trabajar, fue que los comerciantes de negocios no catalogados como esenciales, alzaron la voz frente a las autoridades para que se levantara la cuarentena, realizaron el 6 de noviembre una Caravana por el Trabajo en la Plaza de la capital regional y consiguieron finalmente el levantamiento de esta medida.
Ayer jueves 12 de noviembre, tras un mes y medio de cuarentena, finalmente el dueño de la Joyería Acron, pudo reabrir su negocio. Daniel se mostró contento de poder volver atender al público, temprano el mismo día de la reapertura lo esperaba un cliente de años, que quería arreglar su reloj.
Sin embargo, don Daniel, no deja de estar preocupado, sabe que si no se cuidan, la cuarentena y la crisis económica para él y la región volverán, es por ello que junto a otros locatarios piden a las autoridades una mejor fiscalización del ingreso de otras personas a la región de Aysén. “El virus llegó por gente de afuera, ahí es donde Sanidad no controló como debía”, comentó Juan Fernández, dueño de la botillería El Talón.
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