Villa Ñirehuao está de cumpleaños y su gente celebra 55 años desde su fundación un 1 de febrero de 1969, hecho que tuvo su connotación, pues estuvo presente el mismísimo Presidente de la República de aquel entonces, Eduardo Frei Montalva.
En los años sesenta Chile vivía tiempos revueltos y en Aysén aún resonaban los conflictos que dejó la muerte del teniente de Carabineros Hernán Merino en Villa O'Higgins y que recrudeció las relaciones limítrofes con Argentina.
Paralelo a ello el gobierno de Frei Montalva y su partido la Democracia Cristiana promovió la revolución agraria. “La tierra es de el que la trabaja” se escuchó en aquellos años y posteriormente en el gobierno de Salvador Allende y Frei promovió la creación de poblados campesinos en la región para fomentar los cultivos y, de paso, fomentar la llegada de colonos desde otros rincones del país para poblar Aysén.
Según el libro “De la Trapananda a Aysén” del investigador Mateo Martinic, Villa Ñirehuao se emplazó en un valle que ya tenía bastante historia, pues con el tiempo se han encontrado varios chenques (tumbas de los aonikenk) que demuestran el paso de este pueblo originario por la zona ya desde los siglos XII y XIII, según dan cuenta los vestigios.
Martinic también destac que el valle ya había sido un asentamiento ocupado por la Sociedad Industrial de Aysén (SIA) en los primero años del siglo XX y que se dedicó a la explotación del ganado ovino.
La SIA habilitó la sección Ñirehuao que se dividía en 20 potreros y 11 puestos provistos cada uno de un corral y anexos distribuidos en diferentes campos, tal como Punta El Monte, Puesto 10, Pampa Alta, De los Borregos, Laguna Escondida, Puesto Chico, Los Vacunos, El Mallín y El Mallín Grande, todos ellos actualmente considerados Monumentos Nacionales.
Con el tiempo el arrendamiento de esos terrenos, por parte de la SIA caducó y fueron entregados al Fisco, de ahí la necesidad de volver a ocuparlos por parte del Estado Chileno.
Se aprovechó para ello la formación de un asentamiento campesino, lo que determinó su entrega ulterior a la Corporación de la Reforma Agraria.
El 1 de febrero de 1969 se inauguró el pueblo con la presencia del Presidente Frei que también promovió la creación de Villa Ortega y Villa Frei y de paso visitó Coyhaique, provocando el revuelo de la población local que destacó la presencia de un Presidente de la República en el territorio, algo que no se veía desde Carlos Ibáñez del Campo.
La creación del pueblo se hizo “a puro ñeque” con el apoyo gubernamental y de los colonos, los cuales llegaron en su mayoría desde la isla de Chiloé y de la zona norte de la Región de Aysén. Así pronto se iniciaron los cultivos y el trabajo ganadero, tal como en el pasado lo había hecho la SIA, pero con una impronta más bien familiar.
Según Mateo Martinic en “De Trapananda a Aysén”, el asentamiento campesino en definitiva fracasó, pero la creación del pueblo fue un acierto desde el punto de vista social, pues su estratégica ubicación geográfica y su disponibilidad de servicios públicos y privados le permitieron consolidarse como un centro urbanizado importante.
En 2006 se creó el Museo del Valle de la Luna, que posee una colección de paleontología (fósiles de las formaciones Katterfeld y Appeleg que fueran encontrados en las inmediaciones de la Estancia Baño Nuevo) y de objetos de historia local, donados por la comunidad, incluyendo utensilios y herramientas asociadas a los oficios tradicionales de madereo y ganadería.
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