La Región de Aysén es la región más nueva de Chile y recién en el siglo XX inició su integración a la república con esfuerzos espontáneos, de empresas o del gobierno. Durante la época de la colonización española no hubo interés por asentarse en la región principalmente por el duro clima, la dificultad de navegar por los fiordos y por la oposición que más al norte hubo de mapuches y huilliches, recelosos del español.
El asentamiento más antiguo de la región fue Melinka, en las islas Guaitecas, y desde ahí comenzó el poblamiento a partir de 1860 y 10 años después el marino Enrique Simpson fue el primer chileno en realizar una expedición en los fiordos y ríos e hizo un informe hidrográfico del territorio.
Pero en esa época de exploraciones y descubrimientos hubo dos extranjeros que avanzaron a pasos agigantados en el mapeo de la región, los alemanes Hans Steffen y Augusto Grosse. Nunca se conocieron, pues vivieron en distintas épocas, pero Grosse basó al principio sus trabajos de exploración en lo descrito por Steffen en sus libros.
STEFFEN
Frederic Emil Hans Steffen Hoffman nació en Alemania en 1865 y fue destacado geógrafo y profesor universitario. Su destino se cruza con el de Chile cuando en 1889 el presidente José Manuel Balmaceda lo contrata para impartir clases en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile.
Desde 1881 Chile y Argentina tenían desacuerdos sobre los límites de ambos países en la Patagonia. Chile había iniciado la mal llamada guerra de la “Pacificación de la Araucanía”, mientras que Argentina desarrollaba el proceso de la igualmente mal llamada “Conquista del Desierto” que significó el sometimiento por la vía armada de los pueblos mapuche y aonikenk. En ese contexto es que el profesor Steffen es contratado en 1896 como asesor científico para el laudo arbitral entre ambas naciones.
Por 7 años el docente alemán emprendió expediciones por la Patagonia y realizó minuciosas descripciones y colecciones de datos que contribuyeron a ampliar el conocimiento sobre el lado cordillerano de Aysén que hasta esa época casi no había sido explorada.
Hans Steffen, arriba de goletas o a lomo de caballos o mulas, reconoció las hoyas hidrográficas de los ríos Palena y Puelo y de los ríos Manso, Aysén y Cisnes que nacían al oeste de la cordillera de los Andes, pero que por su curso hacia el océano Pacífico debían pertenecer a Chile. Sus ojos curiosos se llenaron de asombro ante los paisajes ayseninos que descubría con ayuda de los gauchos y eso fue motor para seguir explorando y descubriendo.
También exploró los fiordos de Aysén, situados al sur del paralelo 46 latitud sur, y atravesó el istmo de Ofqui y el golfo de Penas, descubriendo el gran río Baker. Luego siguió por las lagunas Larga, Chacabuco, Juncal y Esmeralda, llegando al extremo occidental del lago Cochrane. Todo eso con los escasos recursos y las pocas comodidades que implicaba un viaje así a fines del siglo XIX.
En octubre de 1899, Steffen fue nombrado asesor científico de la delegación chilena en Londres, siempre en el contexto del laudo arbitral. Esta delegación tuvo como misión elaborar actas que ofrecieran a las autoridades británicas que ejercían de tribunal arbitral una visión lo más objetiva posible de las características geográficas de la Patagonia.
En noviembre de 1902, el rey Eduardo VII –que había sucedido en 1901 a la reina Victoria- dictó su sentencia arbitral y asignó 94.000 km² a Chile y 45.000 km² a Argentina.
Steffen volvió a la docencia y se dedicó a publicar libros acerca de sus exploraciones en la Patagonia, tal como “Relación de un viaje de esploración al Río Aisén: diciembre de 1896-mayo de 1897”, “Apuntes de viaje sobre la región de Río Baker i Lago Cochrane”, “Esploraciones en la región de los fiordos comprendida entre los 46° y 48° de latitud” y “Memoria sobre la espedición esploradora de Río Cisnes (diciembre 1897-julio 1898)”.
Hans Steffen permaneció en Chile hasta 1914, pues una afección pulmonar comenzó a afectar su salud. Retorna a Europa y se establece en Davos, Suiza, donde falleció el 7 de abril de 1936.
GROSSE
Juan Augusto Grosse Ickler nació el 22 de marzo de 1903 en Alemania y, según dicen, desde niño tuvo espíritu aventurero y ganas de conocer y descubrir lugares aún no alcanzados por el ser humano.
Tras obtener en su país natal el título de ingeniero agrónomo se trasladó a Canadá y luego a Chile en la década de 1930. Primero se instaló en la zona central del país y no se sabe cómo llegó a sus manos un texto del profesor Steffen donde relataba sus viajes por Aysén. Fue así que en 1932 toma la decisión de viajar a la Patagonia Occidental, pues se enteró que el también explorador Max Junge estaba organizando una expedición al valle del Río Cisnes. Grosse fue tocado en lo más profundo de su ser y voluntad tras vivir esta experiencia con Junge.
El joven alemán pronto se unió a sus compatriotas que en la década del treinta iniciaron la colonización de Puyuhuapi, tal vez el enclave urbano más “germano” que existe en la región de Aysén. Fue ahí que en 1938 es visitado por el ministro de Obras Públicas Ricardo Bascuñán y lo invita a seguir sus labores exploratorías, pero contratado por el gobierno de Chile. Los ojos de Grosse brillaron y sus oídos escucharon atentamente las ideas de Bascuñán que, en pocas palabras, le expresa que el Estado Chileno quería unir la zona del Lago General Carrera con el Océano Pacífico.
El alemán aceptó la propuesta y fue así que entre 1935 y 1965 se dedicó a explorar la zona de Aysén, tal como el lago San Martín, el lago Riesco o la laguna San Rafael, pero a diferencia de Steffen añadió otro valor a dichos viajes, el uso de la cámara fotográfica y la de cine, para registrar los idílicos paisajes patagónicos. Así, en todas sus travesías se hicieron cuidadosos registros a través de escritos, fotografías y filmaciones y algunas de ellas, en los tiempos que corren, están accesibles con un simple click de un mouse.
Como Augusto Grosse era funcionario de la Dirección de Vialidad del Ministerio de Obras Públicas, tal función le ayudó en su faceta de explorador y contribuyó al levantamiento de información esencial para el trazado y materialización de varios caminos en la Región de Aysén y uno de esos caminos fue, a futuro, la Carretera Austral.
El primer intendente de Aysén, el general de Carabineros Luis Marchant, indicó que fue Grosse el que “desde muchos años se ha dedicado a hollar la tierra que, amparada por la naturaleza, ha permanecido virgen a los ojos, a la planta y a las ambiciones del hombre" y recordó que en el otoño de 1951, al realizar un reconocimiento de los ríos Frío y Palena, el explorador constató, según sus palabras, que "el afán de los pobladores por quedar unidos a Puerto Montt u otro pueblo chileno es tan grande..." y así comenzó a estudiar la factibilidad de construir un camino "longitudinal Norte-Sur, por el valle del río Frío, como tramo del camino entre Puerto Aisén y Chaitén", idea que desarrolló muy bien en su libro “Visión de Aysén” (1955) y que va complementando junto con otros viajes en los libros “Visión histórica y colonización de la Patagonia Occidental” (1986) y “Expediciones en la Patagonia Occidental: hacia la Carretera Austral” (1990).
Veinticinco años después, en 1976, se iniciaron los trabajos de la Carretera Austral con el Cuerpo Militar de Trabajo del Ejército de Chile, siguiendo las ideas de Grosse. La Carretera termina de construirse en 1996, uniendo a Puerto Montt con Villa O’Higgins por tierra. Dos años después, en enero de 1998, fallece Augusto Grosse, dejando un legado imperecedero que marca el futuro de la región de Aysén.
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