Inauguran primera placa de memoria fronteriza del país

La actividad, que contó con la presencia de la ministra de Cultura, recuerda el caso de Juan Vera, Rosendo Pérez y Néstor Castillo en octubre de 1973.

A casi 50 kilómetros de Coyhaique, en plena pampa fronteriza, con un lluvioso telón de fondo, se inauguró la primera placa de memoria de los 50 años del Golpe de Estado y con la presencia de la ministra de Cultura Carolina Arredondo.

Esta placa hizo memoria en recuerdo de los tres detenidos desaparecidos del caso Coyhaique que fueron capturados en la localidad argentina de Río Mayo y trasladados a Chile, a través del hito 45. Nunca más se supo de ellos. Se trata de los detenidos desaparecidos Juan Vera Oyarzún, Néstor Castillo Sepúlveda y Rosendo Pérez Ríos.

Acompañaron a la ministra Arredondo, el delegado presidencial regional de Aysén, Rodrigo Araya; el subsecretario de Derechos Humanos, Xavier Altamirano; la presidenta de la Agrupación de Derechos Humanos de Coyhaique María Erita Vera; el seremi de los Culturas Aysén, Felipe Quiroz y el de Agricultura, Alan Espinoza.

Previamente, en el control fronterizo de Coyhaique Alto se plantó una hilera de ñires en recuerdo de las tres víctimas de la dictadura. Árboles por la Memoria se llama la iniciativa y es un proyecto nacional impulsado por el Gobierno y el Ministerio de Agricultura, a través de Conaf y planta árboles nativos en recuerdo de las víctimas de la dictadura.

La ministra Arredondo, tras descubrir la placa de memoria, manifestó que la placa en la frontera es un primer hito no solo a las familias y las agrupaciones de Derechos Humanos, sino que además tiene el valor simbólico de recordar el caso Coyhaique y ser un primer paso en memoria, justicia y reparación.

El caso

El 27 de octubre de 1973, Juan Vera, Néstor Castillo y Rosendo Pérez, habían huido a Argentina de la represión imperante en todo el país. En Río Mayo fueron detenidos por la Gendarmería trasandina y entregados a militares y carabineros chilenos, quienes iniciaron el oscuro periplo que terminó en su desaparición forzada.

María Vera, hija de Juan, ha buscado durante 50 años sin resultados positivos. Ella concluye: “Es importante que este hito haya ocurrido en nuestra región, que es tan distante a la capital. Esto ha sido acto de memoria y reparación simbólica. Es la revaloración y la dignificación de nuestros familiares”.