Sporothrix brasiliensis es un hongo que ha tenido una rápida diseminación a través de distintas especies animales, especialmente gatos, y que ya cuenta con casos confirmados en distintas regiones del país.
Cabe señalar que dicho hongo tiene facilidad de transmisión en gatos, pero también a través de perros, ratones e incluso seres humanos, pudiendo generar lesiones ulcerosas en la piel o consecuencias incluso más serias.
A la fecha se han confirmado más de una decena de casos a lo largo del país, a los que se suman una veintena de casos sospechosos, provenientes de las regiones Metropolitana, Valparaíso y Magallanes.
La Dra. Pamela Thomson explica que en pacientes felinos sin tratamiento, los signos clínicos son los siguientes:.
“Las lesiones se extienden por todo el cuerpo, pueden destruir el tabique nasal, afectar el sistema respiratorio y los nódulos linfáticos. Los felinos pierden peso en forma acentuada, se decaen, pudiendo incluso morir”.
En seres humanos, el hongo Sporothrix brasiliensis genera síntomas similares en la piel, manifestándose con mayor gravedad en personas inmunosuprimidas, pudiendo invadir el sistema linfático y afectar los ojos, la nariz e incluso los pulmones.
Tanto en personas como en animales, las infecciones producidas por este hongo pueden ser tratadas con medicamentos antimicóticos.
La terapia debe extenderse por al menos cuatro meses y en algunos casos puede que no se logre una buena respuesta. De hecho, existen antecedentes de pacientes que se han recuperado y vuelto a enfermar.
S. brasiliensis vive en suelos y materia orgánica y desde allí, puede ingresar a la piel a través de cortes, raspaduras o pinchazos; por lo mismo, en seres humanos son las manos y los brazos las áreas del cuerpo más afectadas.
Los felinos pueden portar grandes cantidades de S. brasiliensis en sus garras, de fácil transmisión a otros gatos, perros y humanos mediante un rasguño.
También se ha demostrado que los felinos con lesiones producidas por este hongo pueden transmitirlo mediante mordeduras, secreciones nasales, oculares o estornudos. Otras especies de Sporothrix raramente se propagan a través del contacto con animales
“La mayor incidencia de esta enfermedad ocurre en felinos machos no castrados con libre acceso al exterior y, por lo general, su hábito de arañar la vegetación facilita la dispersión del hongo en el ambiente”, explica la Dra. Thomson.
La directora del laboratorio MCM de la Escuela de Medicina Veterinaria UNAB explica que S. brasiliensis inicialmente se encontraba presente solo en Brasil, pero en el último tiempo se ha diseminado a otros países de Sudamérica como Argentina, Uruguay y recientemente en Chile.
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