Este lunes 6 de junio Forestín celebró nada menos que 47 años de edad.
Este simpático coipo fue creado en 1976 para alertar y educar a la población sobre los daños y peligros de un problema que, lamentablemente, se ha agudizado con el correr de los años: los incendios forestales.
Inspirado en el popular Oso Fumarola de Estados Unidos, el Departamento Forestal del Ministerio de Agricultura buscó popularizar un personaje para estos fines, pero no fue nada fácil.
Antes de Forestín, se intentaron hacer campañas con un puma, un zorro y con un árbol llamado Juan Pino; sin embargo, estos esfuerzos para usar una metáfora ad hoc, no prendían.
Fue así que un día como hoy, pero de 1976, en la Región, del Biobío, surgió por primera vez la idea de utilizar como símbolo un coipo. El mérito de esta iniciativa correspondió a la ingeniera forestal Gabriela Omegna Molina. No obstante, por falta de recursos, el coipo, sin nombre hasta el momento, también corrió el riesgo de caer en el olvido.
La iniciativa recién se retomó con entusiasmo en 1983, en la Región de Valparaíso, centrándose los esfuerzos en impulsar una masiva campaña de prevención, utilizando al coipo, que es recién ahí es bautizado como Forestín a través de un concurso infantil.
Fue así como, con el correr de los años, este simpático personaje ha llegado a constituirse en el símbolo de la protección de los recursos forestales del país y en un gran amigo y educador de los niños.
En conversación exclusiva con Grupo Diario Sur, un ya maduro Forestín nos contó acerca de su presente.
"Lo que más me molesta es que me confundan con un castor", señaló el funcionario de Conaf, aclarando que él es un coipo, el roedor más grande nuestro país.
Hoy, a sus 47 años, el coipo Forestín cuenta con sus propias redes sociales (Facebook: @Forestin, Twitter: @ForestinChile e Instagram: @ForestinChile), donde continúa reforzando su mensaje de amor y respeto a la naturaleza, a través de la educación ambiental.
“Estoy en la plenitud de mi vida. Siempre organizamos charlas sobre educación ambiental y prevención de incendios forestales en jardines infantiles, escuelas y colegios. Casi siempre terminamos la actividad plantando de un árbol nativo”, nos comentó.
Por último, el querido coipo entregó un mensaje más vigente que nunca.
“Sabemos que los niños y niñas del país son actores relevantes para apoyarnos en la prevención de incendios forestales. Actualmente, ellos y ellas educan a sus padres y adultos mayores acerca del cuidado de los árboles, cómo evitar incendios y proteger la fauna nativa. Estos mensajes que hoy aprenden, los acompañarán toda su vida, y ahí está la clave”, concluyó enfáticamente el embajador de Conaf.
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